"En estos años estoy aprendiendo a ser más fuerte, como hizo Schumacher"
Superado el ecuador de la temporada, Fernando Alonso Díaz (Oviedo, 1981) encara la segunda parte del curso con la vista puesta en la recuperación de los éxitos, con un bólido que ya muestra brotes verdes, tras otro largo periodo de secano, como lo vivió en 2008.
En conversación con La Vanguardia en Hungaroring, el bicampeón se muestra afable, pausado, como una persona que ha madurado, curtida por los sinsabores. Y, cómo no, aleccionado para lidiar con la insistencia de acabar vestido de rojo. Él, con estoicismo, no suelta prenda.
El R29 parece que empieza a repuntar tras el 7.º puesto de Alemania. Volviendo la vista atrás, ¿llegó a perder la motivación sin un coche competitivo?
No, perder la motivación no, pero sí que llegas al fin de semana sabiendo lo que te espera. Sabes de tus limitaciones y que lograr un 8.º puesto ya es como una victoria, y eso no es agradable para nadie competitivo. Estas últimas modificaciones del coche me ofrecen la posibilidad de soñar otra vez, de subir a un podio o de estar entre los cinco primeros. Ojalá pueda ser así.
¿Cuánto añora la victoria?
La echo mucho de menos. Después de haber tenido éxitos en 2005 y en 2006, y en 2007 haber luchado por el Mundial, estos dos últimos años están siendo difíciles. Este año queríamos hacer un buen campeonato, pero no hemos podido. Es cierto que echo de menos la victoria. La buscaré, porque en este momento tiene un valor muy fuerte para mí.
Su último triunfo fue en Japón'08 y este curso está siendo durillo. ¿Qué ha aprendido de todo este tiempo de sequía?
Son momentos que uno debe pasar en su carrera. Aprendes a valorar cuando llegan las victorias, aprendes a trabajar en equipo, a valorar la necesidad que tienes del coche, de los ingenieros... Es un periodo en el que me estoy preparando para cuando vuelva a tener la opción de ganar. Cuando Schumacher llegó a Ferrari y pasó cinco años sin ganar, seguramente fueron cinco años de un aprendizaje brutal, y cuando tuvo el coche preparado era un piloto imbatible porque tenía todos los puntos fuertes. Yo estoy en esa fase de aprendizaje, y cuando llegue el momento seré mucho más fuerte que en 2005 y 2006.
¿Y como persona le ha cambiado en algo?
Seguramente. Con los años ganamos experiencia y saber estar. En estos dos últimos años me tomo las cosas con más tranquilidad; me importan de verdad las cosas que son necesarias, y me han dejado de molestar las que no tienen ningún sentido. Así que también he crecido como persona.
¿Se lleva mejor esta época con el futuro resuelto, que con incertidumbre?
Más tranquilo estás, porque cuando tienes 22 o 23 años tienes que ganar y demostrar a los equipos que eres un piloto capacitado para la F-1. Ahora todo el mundo tiene buena imagen de mí y me considera un buen piloto, y sé que tengo las puertas abiertas de muchos equipos. Y eso tranquiliza.
Uno de ellos podría ser Ferrari. ¿Está ya cansado de tanto ir y venir de Ferrari?
No. Me da igual. Al final te concentras en tu trabajo, en Renault, y en hacer una buena actuación. La media hora de rueda de prensa la intentas pasar como puedes, con preguntas incómodas y otras más cómodas. No centra mi atención la media hora que paso con los medios, es un puro trámite.
Se lo preguntan de muchos modos, pero ¿sería correcto decir que nunca ha estado tan cerca de Ferrari como ahora?
Yo creo que está igual que siempre. Por motivos diversos siempre se ha hablado de Ferrari en mi carrera, desde que corría con Minardi. Siempre ha sido un poco así y no ha cambiado nada en estos nueve años en la F-1.
¿Puede asegurar al 100% que no irá a Ferrari en el 2010?
No.
¿Pues qué le diría a ese aficionado que está deseoso de verle vestido de rojo?
Nada. Más que verme vestido de rojo, de azul o de naranja, el aficionado de la F-1 o de Fernando Alonso querrá verme ganar, y el año pasado demostramos en Renault que se podía ganar y estar en lo alto del podio sonando el himno español. Creo que eso es lo que de verdad importa al aficionado. El color con el que me vista al final es una anécdota.
Se han vivido semanas muy convulsas en la F-1 con la guerra entre la FIA, los equipos y Ecclestone. ¿Qué sensación le causó esta situación crispada?
Preocupación, más que otra cosa. Porque al final todos salimos beneficiados o perjudicados cuando se toma una decisión importante. Y estábamos en un momento de decisiones importantes que había que tomar y los pilotos teníamos cierta preocupación porque todo se arreglase y continuase la F-1. Al final todo ha salido razonablemente bien.
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