Nada más quedarse parado por una avería de embrague en su kart después de un trompo, Fernando Alonso cruzó la pista de hielo de Madonna di Campiglio y se fue a saludar al público. Cientos de tifosi italianos dejaron de mirar a la pista y se emocionaron con el gesto de su nuevo ídolo, el líder por el que suspiran desde que Schumacher decidió retirarse por primera vez. Un piloto que, además, aporta un toque más humano y desenfadado que el de la etapa del Kaiser y Jean Todt.
Y tampoco hay que irse tan lejos. También se respira otro ambiente respecto a 2009. En las cenas de esta impresionante estación invernal, el ovetense se ha paseado por las mesas, brindando con la prensa española e italiana. Y Massa, que hace doce meses, era cordial, pero no rompía el protocolo de su mesa y de las autoridades locales, el pasado jueves siguió los pasos del bicampeón español.
La relación entre ambos es correcta, pero no son amigos, como sí sucede entre Fisichella y Fernando.
Y en la pista, ayer saltaron las primeras chispas. Era una pachanga, pero hay que ganar a toda costa. Sobre unos Fiat Panda 4x4, Massa salía desde la pole y el bicampeón español era tercero detrás de Fisichella. Alonso alcanzó y pasó a Giancarlo en un impresionante interior en la parabólica: "Si seguías la misma trazada era imposible adelantar, así que decidí ir por dentro, distinto a todos".
Y se fue a por Massa en un arreón final. Llegó a rebasarle, pero el paulista se la devolvió. Llegaron emparejados a la última curva y terminaron colisionando Felipe siguió acelerando con el coche de su rival cruzado delante suyo, hasta lograr la victoria. Nada más bajarse del Panda, el brasileño le miró desafiante. Alonso sonreía divertido: "Era imposible pasar sin tocarse, he sido yo el que le he dado a él".
Después, ya sin el casco (el nuevo azul de Alonso recuerda las buenas sensaciones de 2006), también Massa se mostró sonriente. En la carrera de karts posterior fue el bicampeón quien se vengó con un tremendo interior por el segundo puesto. Sin embargo, le traicionó la mecánica. Justo delante iba Hayden, ganador final tras aprovecharse de una melé de los tres pilotos que le precedían en la primera curva.
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